Artículo de Bernard Coster

Los Cánones de Dort son la respuesta del sínodo que se celebró en los años 1618 -19 en la ciudad holandesa de Dort o Dordrecht a las cuestiones doctrinales ‘sobre las cuales en las Iglesias Reformadas de las Provincias Neerlandesas Unidas habían surgido diferencias’. Esta frase se refiere a la crítica del teólogo Jacobo Arminio (1560-1609) y sus partidarios a la doctrina reformada de la predestinación. El sínodo fue una reunión de los representantes de las iglesias reformadas del país, con los delegados extranjeros y catedráticos de teología (1618-19). Los Cánones consisten en 5 capítulos, divididos en un total de 58 artículos, complementados por 34 ‘errores’ que se señalan explícitamente en la doctrina de Arminio y sus seguidores. Investigaremos en este artículo y los siguientes cada uno de los capítulos de los Cánones para determinar su mensaje. Pedimos a los lectores leerlos atentamente ya que se encuentran en diferentes páginas de Internet.

Artículo 1

Es habitual entre los reformados anglosajones recordarse los llamados cinco puntos del calvinismo, sugiriendo que correspondan con los Cánones, por el acrónimo inglés de TULIP (tulipán): Total depravación, Unconditional elección, Limitada expiación, Irresistible gracia y Perseverancia de los santos. Sin embargo, el TULIP es una ayudamemoria forzada, porque no corresponde de todo con el contenido de los Cánones con el efecto de torcerlos, como ya podemos ver en el primer capítulo. Los Cánones afirman la justificación por la fe.

Si bien, los Cánones suponen la total depravación, no desarrollan una doctrina propia del pecado. En realidad, su primer capítulo es un resumen de la justificación por la fe explicada frente el trasfondo de la elección divina. El título del primer capítulo es ‘Divina elección y reprobación’, pero en realidad, la elección recibe toda la atención, mientras que la reprobación aparece en el segundo plano y es de otra categoría. Resulta que los Cánones no afirman una doble predestinación absoluta, sino dos acciones de Dios diferentes, unidas en el ‘eterno decreto’. Una es activa, es elegir, dar la fe, justificar, santificar, guardar y glorificar; la otra es pasiva, es no elegir, no dar, pasar por alto y dejar en la miseria (I.1,4,6,15; errores I.8).

Reverencia

Con reverencia profunda por la majestad de Dios, a la vez con confianza en su misericordia y con el propósito de ayudar y consolar a los creyentes, los Cánones explican el misterio de la elección para salvación. Es según el ‘eterno decreto’ irrevocable de Dios, por pura gracia, según su complacencia que se cumple en Cristo, quien fue puesto ’desde la eternidad por Mediador y Cabeza de todos los predestinados, y por fundamento de la salvación’ (I.6,7,9,10,11). La elección para salvación es la misma en el Antiguo y Nuevo Testamento, evidente para los elegidos por el fruto de ella, que consiste en ‘la verdadera fe en Cristo, temor filial de Dios, tristeza según el criterio de Dios sobre el pecado, y hambre y sed de justicia, etc. (2 Cor. 13:5)’ (I.8,12). No es ‘en virtud de prever la fe y la obediencia a la fe, la santidad o alguna otra buena cualidad o aptitud, como causa o condición, previamente requeridas en el hombre que habría de ser elegido, sino para la fe y la obediencia a la fe, para la santidad, etc.’ (I.9).

Propósito pastoral

Reconocemos el propósito pastoral de los Cánones cuando advierten a los creyentes a no escudriñar ‘los misterios y las profundidades de Dios’ (I.13) y cuando observan que la doctrina de elección y reprobación no debe ser motivo de desánimo o desconfianza para los que todavía no están seguros de su salvación. A la vez amonestan a los que todavía no se han arrepentido y que se resisten contra la voluntad de Dios (I.16, 18). Los Cánones corrigen la caricatura de la doctrina reformada, que ‘muchos niños inocentes se atranquen del pecho de las madres y tiránicamente se arrojen al fuego infernal’, de modo ‘que ni la sangre de Cristo, ni el bautismo, ni la oración de la iglesia (…) les pueden aprovechar’ (Conclusión). Al contrario, en I.17 consuelan a los padres cristianos de niños que mueren, diciendo que ‘en virtud del pacto de la gracia’, ‘no deben dudar de la elección y salvación’ de ellos.

Conclusión

Los Cánones de Dort nos enseñan que debemos comprender nuestra salvación por la fe en el Señor Jesús, que es según la elección misericordiosa de Dios para salvación. Ya citan en el segundo artículo del primer capítulo el texto de Juan 3.16 y en el tercero el encargo de predicar el evangelio lo según Rom. 10.14-15.